Leyes generales de la Farmacología

Para producir su efecto terapéutico, el medicamento debe alcanzar su lugar de acción en una cantidad adecuada y en un tiempo determinado. Por tanto, el efecto farmacológico depende del comportamiento del principio activo en el organismo en proporción directa a la cantidad administrada.

La farmacocinética es el estudio in vivo de la absorción, distribución, metabolismo o biotransformación y de la eliminación de un medicamento. Las cantidades del principio activo y de sus metabolitos se miden en la sangre, en los tejidos, la orina y las heces.

A través de algunos métodos se analizan los resultados experimentales para deducir de ellos el comportamiento del medicamento a corto y a largo plazo. El modelo constituye una representación simbólica y simplificada del organismo estudiado. Debe permitir una explicación coherente de los resultados experimentales y sobre todo predecir el comportamiento del medicamento en condiciones aún no estudiadas.

Compartimentos: El medicamento (y sus metabolitos) se distribuyen en uno o varios tejidos del organismo (por ejemplo: la sangre, el líquido intracelular, el tejido adiposo, el feto). Cualquier conjunto de tejidos de aspecto homogéneo (desde las consideraciones cinéticas) se denominan compartimentos.

Desde el punto de vista matemático los compartimentos son homogéneos en cuanto a la distribución de las moléculas.

En ese sentido, un compartimento es “superficial” cuando se encuentra en equilibrio rápido con el compartimento central (sangre), o “profundo” cuando ese equilibrio es lento.

Constantes de velocidad: Los compartimentos se separan por diversas barreras, con lo que se demora la libre difusión de las moléculas (del fármaco y sus metabolitos). Las constantes de velocidad determinan las velocidades de los pasajes, basado en los principios de cinética química aplicada a la cinética de fármacos.

Cinética lineal o de primer orden: En este tipo de cinética la velocidad de paso de un compartimento a otro es proporcional en cada instante a la concentración de fármaco que no ha desaparecido todavía.

Cinética no lineal: Este tipo de cinética se presenta cuando las transferencias no son de primer orden. Se distingue la cinética de orden cero, cuando la velocidad de transferencia (entre compartimentos) es constante e independiente de la concentración, que ocurre, por ejemplo, cuando se saturan mecanismos de transporte o cuando se saturan enzimas encargados de metabolizar una determinada sustancia. Un ejemplo de este tipo de cinética es la que ocurre con el alcohol etílico (etanol), que se metaboliza en el organismo a una velocidad constante de 8-12 ml/hora.

Otro ejemplo de cinética no lineal es la cinética dosis dependiente (Michaelis- Menten), que es un caso intermedio entre las dos cinéticas anteriormente expuestas; describe la velocidad de reacción cuando la concentración del fármaco es mayor que la concentración de la enzima, y en condiciones de estado estacionario, esto es, cuando la concentración del complejo enzima-fármaco es constante. Son ejemplos característicos de esta cinética, la desaparición plasmática de fenitoína y salicilatos.