Gestión del stock

El objeto central de la gestión de stocks consiste en el sostenimiento de un nivel de stock óptimo, donde se garantice el nivel más bajo de existencias, compatible con la continuidad en el suministro y la atención oportuna de la demanda y que, además, esto resulte costo-efectivo sin incurrir en excesos. La gestión del stock debe ser un medio para facilitar el desarrollo de las actividades clínicas farmacéuticas orientadas al uso racional de los medicamentos. La gestión de stock se entiende como el conjunto de actividades logísticas de distribución, almacenamiento y dispensación de medicamentos desde el servicio o establecimiento farmacéutico, hasta que se administra al paciente. La gestión adecuada del stock permite:

  • • Reducir costos totales del inventario.
  • • Disminuir demanda no satisfecha (pendientes).
  • • Promover el uso eficiente y racional de recursos.
  • • Establecer programación de compras en función de la evolución del consumo.

Para ello, se requiere:

  • • Establecer previsiones de consumo.
  • • Conocer los tiempos de entrega.
  • • Realizar inventarios periódicos.

Utilizar la información documentada, realizando análisis de consumo.

Factores determinantes en la gestión de stocks

La gestión de stock, busca mantener un equilibrio entre la demanda, el almacenamiento y los costos. En un escenario de tendencia estable, la gestión de stocks se encuentra determinada por la demanda y los plazos de entrega, donde el aprovisionamiento se realiza en el punto de reposición (Stock de alarma).

Sin embargo, cuando se genera sobrestocaje, siendo este el exceso de unidades en almacenamiento necesarias para satisfacer la demanda, se genera incremento de costos de manera innecesaria, lo que afecta el flujo de recursos y potencialmente la capacidad de operación del establecimiento o servicio farmacéutico.

El escenario de demanda no satisfecha, también conocido como ruptura de stock, ocasiona pérdida de ventas, además de afectar la credibilidad y confianza del establecimiento o servicio farmacéutico al no garantizar la disponibilidad de los medicamentos o dispositivos médicos requeridos por la comunidad o pacientes.

Bajo esta lógica, en un sentido ideal, la gestión de stocks debe garantizar un flujo continuo y dinámico de existencias, donde se mantengan mínimos de stock que no afecten la operación del establecimiento o servicio farmacéutico, identificando con precisión los niveles de alerta (punto de reposición) en la cual se debe generar una solicitud de compra o adquisición (pedido) de un stock activo (cantidades a pedir), los cuales tomarán un tiempo en ser efectivamente adquiridos (recepción) para ubicar niveles de existencia (stock máximo) que permiten la disponibilidad de los productos sin afectar el flujo de recursos.