Toma de Decisiones

La segunda forma en que las emociones nos afectan es en la toma de decisiones. Nos gusta pensar que somos seres racionales y que tenemos un control total sobre nuestros juicios y elecciones en la vida. Pero la verdad es que nuestras decisiones están delimitadas por nuestras emociones. 

Por ejemplo, cuando has tenido una mañana muy dura o no has dormido bien, te encuentras un poco irritable. Tal vez has tenido una discusión en casa y luego estás en el trabajo y alguien te pide que hagas algo y tú dices de forma gruñona: “No, no puedo hacerlo”. O te piden tu opinión sobre algo y dices algo así como: “No creo que sea buena idea”. No nos damos cuenta que esa elección o ese juicio en ese momento, probablemente tuvo que ver con los acontecimientos en casa. Esto sucede con las emociones tanto agradables como desagradables. 

Cuando estamos en un estado de ánimo muy triste, tendemos a mirar nuestras obligaciones y pensamos de forma negativa. Ejemplo: “Esto es realmente difícil”. Cuando estamos en un estado de ánimo muy positivo, vemos todo posible y alcanzable. Por ejemplo:  “No es un problema. Es fácil”.  

Una forma de ser más hábil en esta área es simplemente identificar y reconocer tus sentimientos.

Así que entre el trabajo y la casa, o entre la casa y el trabajo, tómate ese momento y haz una pausa y pregúntate: “¿Cómo me siento ahora mismo?”.

Cuando atribuimos un sentimiento a su causa real, es menos probable que tenga influencia sobre la elección o decisión posterior. Es decir, si identificamos que estamos tristes porque tuvimos un problema en casa, es un poco más fácil separarlo en otras esferas de la vida como el trabajo o una salida social.

Ser conscientes de nuestro estado emocional también nos permite tomar mejores decisiones sobre qué hacer a continuación, para que nuestros estados de ánimo temporales no afecten a nuestras decisiones y  relaciones. 

Así como es necesario un diagnóstico médico adecuado antes de poder seleccionar el tratamiento más eficaz, saber cómo nos sentimos también nos permite gestionar mejor nuestras emociones y decisiones.