Metodología en Farmacovigilancia

En el desarrollo de la farmacovigilancia se emplean diversas metodologías, dentro de las cuales, las más comunes corresponden a:

Farmacovigilancia pasiva o reactiva. Se fundamenta en sistema de notificaciones espontáneo (voluntario), basado en la detección y notificación de sospechas de eventos adversos por parte de los profesionales sanitarios, pacientes y sus cuidadores. Esta información se canaliza a nivel central con la Autoridad Sanitaria. Corresponde a la metodología más costo-efectiva y es la más usada por los sistemas de vigilancia en salud pública. Como limitaciones de esta metodología se resalta que es reactiva, es decir, va después de un EAM, no se anticipa al suceso desafortunado, depende del grado de consciencia desarrollado por los profesionales sanitarios para la notificación espontánea y que, además, esta contenga calidad en la información para su respectiva evaluación.

Farmacovigilancia activa o intensiva. Se basa en la recolección sistemática y detallada de la información de todos los eventos adversos que se puedan presentar en determinados grupos de población, los cuales pueden estar:

  • • Centrados en el paciente.
  • • Centrados en el medicamento.

Estudios epidemiológicos. Buscan establecer relaciones de asociación (causa-efecto) entre la exposición al riesgo (uso de un medicamento) y la aparición de reacciones adversas en grupos de población. Los más usados son:

  • Estudios de cohortes.
  • Estudios de casos y controles.

Señales

Una señal, también conocida como alerta, corresponde a una información comunicada oficialmente sobre una posible relación causal entre un evento adverso y un medicamento, lo cual previamente se desconocía. La generación de señales usualmente se da desde los centros de farmacovigilancia donde se reciben grandes cantidades de notificaciones que describen efectos no deseados atribuibles a uno o varios medicamentos.